Gisèle Pelicot ha renunciado a su anonimato para hacer público el juicio de su exmarido y de los 50 hombres acusados de unirse a él para violarla. El juicio reavivó la cuestión del consentimiento dentro de la ley francesa y transformó a Pelicot en un ícono feminista. Lo explica Catherine Porter, corresponsal internacional del New York Times radicada en Francia.